¿La feria de Navidad y las mentiras de Otilia?

El voyerista

Por Alfredo Guzmán

• ¿La feria de Navidad y las mentiras de Otilia?

Los negocios del poder, luego se topan con eventos que evidencian improvisación, mala planeación, ocurrencias, ignorancia e incapacidad para entender que las prioridades no son hacer negocios personales en tiempos de austeridad.

Hoy la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez informa que la Feria de Navidad y Año nuevo en Chilpancingo, una feria tradicional con cientos de años realizándose para el goce y la disipación de quienes en tiempos de Covid19 suponen que hay que festejar, en tiempos de crisis, aunque no haya para comer, se realizará a como dé lugar.

Y para festejar hay que derrochar. Para ello, la edil sin tener idea de lo que iba a hacer, destruyó cientos de árboles, realizando un ecocidio en el vivero de Chilpancingo y sigue tan campante.

Nadie pidió remozar las instalaciones con un costo anunciado de 260 millones de pesos, cuando los y las ciudadanas de la capital de Guerrero, son víctimas de calles sin bacheo, con hoyos por doquier, derivadas por reparaciones de drenaje y agua corriente, realizadas en el mismo tono, sin orden ni planificación alguna, o información que establezca costo, tiempo de realización y empresa responsable.

Norma Otilia y sus electores, deben estar festejando sus improvisaciones y ocurrencias, que sin duda no la dejan dormir, por los recuerdos familiares que realizan, quienes observan una ciudad desbaratada, caótica, sin agua, sin servicios y en donde se destruye el único pulmón de la ciudad, y anuncia que ahora si tendrá lugar para seguir como su apodo lo establece: Lady pachangas.

Aunque visitar lo que antes era un vivero, da pena ajena, pues lo que era un vergel, hoy es un páramo, donde se mueven una vez sí y otras no, máquinas que parecen ociosas, por carecer de recursos para hacer algo que se les instruyó, pero que nadie sabe qué será, pues no hay siquiera maqueta, que establezca de qué negocio se trata.

Y si de negocios se trata, habrá que preguntar de quién es.

Construir mercados, dejó de ser rentable políticamente. Y construir un mercado que sólo será usado una vez al año y una temporada no mayor de 30 días es un desperdicio de recursos, donde no hay para lo principal, hacer funcional una ciudad capital.

Lo realizado por una edil sin ideas, con muchos complejos de ciudadana pueblerina, que asume que lo principal es la feria, en pleno centro histórico con los caballitos, el carrusel, el tobogán y los brincolines, cuando eso es posible realizarlo en los barrios, pero no en la plaza principal, donde podría elevar el nivel, con eventos de calidad.

Pero bueno pedirle peras al olmo, es grosero.

Esperando que lo que digo, no se me acuse de violencia política, o misoginia, destaco que mientras siga la fiesta, la cruda será peor.

Sobre todo, cuando los excesos del pasado reciente, hacen suponer que vienen días aciagos por no tener conocimiento, capacidad de enfrentar lides legales, que pueden hasta dejarnos son autoridades municipales, por su ignorancia supina.

Al tiempo.

Foto: Jessica Torres Barrera/El Sur